El Arrepentimiento para la Transformacion
Romanos 12:2

ARREPENTIMIENTO PARA LA TRANSFORMACIÓN
El verdadero arrepentimiento no es un sentimiento, es una acción. Es TRANSFORMAR nuestra manera de pensar, el libro de Romanos en el capitulo 12: 1,2 dice;
Así que hermanos os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este siglo (mundo), sino, transformaos mediante la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la voluntad de Dios, agradable y perfecta.
La palabra transformación deriva de la palabra griega metamorfosis que tiene como significado ir a otro estado sin volver al anterior, como ejemplo tenemos la trasformación del renacuajo a sapo y el de la larva a mariposa los cuales nunca vuelven a su estado anterior.
Transformarse mediante la renovación del entendimiento significa ir a un estado de conciencia por sustitución de la manera de pensar(transformar pensamientos tomando en cuenta la conducta que a Dios le agrada y dejando de hacer lo que contradice su palabra. En filipenses 4:8,9 dice.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pesad.
Si pensamos de acuerdo con la Palabra de Dios, entonces nuestros sentimientos y nuestras opiniones se alinean con la Palabra de Dios y nos conducen en la dirección correcta. Es por ello que las Escrituras hacen declaraciones poderosas acerca de quien realmente se ha arrepentido y ha nacido de nuevo. "Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (1 Juan 3:9). La Nueva Versión Internacional lo dice de la siguiente manera: "El que es nacido de Dios no persiste en la práctica del pecado".
"La esencia del pecado es el rechazo de la autoridad justa de Dios sobre la vida de uno".
Todo en el Reino del cielo se trata acerca de autoridad En Mateo 6:33 dice.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas serán añadidas.
Buscamos someternos a la autoridad de Dios y obtenemos derechos en Justicia y además cosas en este mundo por añadidura. Pero la condición es renunciar al pecado.
La palabra autoridad en griego hace referencia al derecho legal de ejercer poder. Cuando alguien tiene autoridad, este posee el derecho legal de ejercer poder sobre otro. Permítame darle un ejemplo del mundo real.
Un oficial de transito, representa a un organismo que establece autoridad en la regulación de las vialidades y los conductores, el representa la autoridad, cuando alguien comete infracción, el solo suena su silbato, levanta su mano en señal de alto o enciende la luz roja de su auto o moto y usted se detiene, el pide su documentación y Ud. La entrega, porque reconoce su autoridad. Ud. se somete al derecho legal de autoridad del oficial.. Ud, puede escoger también huir a gran velocidad y no someterse agravando su estado.
El pecado es un problema de
autoridad. Dios nos creó y tiene un derecho inherente para decirnos qué hacer,
qué decir y cómo vivir. Él es Señor. Desde el principio, el pecado ha estado
basado en este primer paso: el rechazo de la autoridad legal de Dios sobre
nuestra vida. Lucifer en el cielo primero tuvo que negar la autoridad justa de
Dios antes de poder considerar desobedecerlo. Lo mismo sucede con nosotros.
Para poder desobedecer a Dios, debemos primero rechazar su autoridad legal
sobre nosotros. Debemos decir: "No, no me someteré a ti. Rechazaré tus demandas
legales y justas sobre mi vida y mis acciones". Ah, posiblemente no lo digamos
tan abiertamente, pero todos lo hacemos. No podemos cometer un acto de
desobediencia sin primero rechazar la autoridad legal y justa de Dios sobre
nuestra vida.
La esencia del pecado
La Biblia nos ordena arrepentirnos de nuestros pecados. En otras palabras, debemos cambiar nuestra manera de pensar acerca de rechazar la autoridad legítima de Dios y aceptar su derecho de gobernar y reinar en nuestra vida. Este es el verdadero arrepentimiento. Es por ello que 1 Juan 3:9 dice: "El que es nacido de Dios no persiste en la práctica del pecado" ni rechaza la autoridad legítima de Dios. La persona que se ha arrepentido de verdad, ha dejado de rechazar la autoridad legítima de Dios y ha elegido someterse a Él.
Una vez que la persona elige someterse, entonces se libera todo el poder que necesita para vivir de acuerdo con la Palabra de Dios. Cuando nos arrepentimos, Dios nos perdona y nos limpia de toda maldad (vea 1 Juan 1:9). Nos limpia de nuestro carácter que va contra su naturaleza y crea en nosotros su carácter y su naturaleza. El poder del pecado en nuestra vida es quebrantado. Al llevar cada área de nuestra vida ante Dios y rendirla a la autoridad legítima de Cristo, el poder de la redención y de la liberación comenzará a obrar prácticamente en nuestras acciones diarias.
Si lo pensamos, resulta lógico. Si realmente me he arrepentido, he cambiado mi manera de pensar acerca de rechazar la autoridad legítima de Dios sobre un problema particular de mi vida. Ahora, entonces, no solamente me someto a Dios, sino también estoy de acuerdo con Él en que ese acto en particular es completamente pecaminoso y aborrecible. Mi creencia acerca de la conveniencia de ese pecado en particular, ahora ha cambiado. En este punto, mis sentimientos acerca de ese pecado cambian del deseo a la repugnancia, de anhelar tenerlo a desear dejarlo. Mientras esté de acuerdo con la perspectiva de Dios con respecto a este pecado, sentiré lo que Dios siente al respecto. Mis emociones estarán de acuerdo con Él y me alejarán del comportamiento pecaminoso.
Si continuamos siendo atraídos por algunos pecados, se debe a que no nos hemos arrepentido completa y verdaderamente. Podemos sentirnos muy culpables y avergonzados de nuestros deseos, pero en lo profundo continuamos amándolos. En lo profundo, ese pecado está alimentando un área de inseguridad o de inferioridad, y el deseo de satisfacer esos sentimientos es mayor que su voluntad de someterse a la autoridad legítima de Dios en su vida. La única manera de ser libre es arrepentirse y someterse verdaderamente a la autoridad de Dios en su vida. Una sugerencia demasiado benigna y que da ejemplo de lo que DIOS quiere para sus hijos esta en Efesios 4:28.
El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga que compartir con el que padece necesidad
El sentimiento o deseo de hurtar lo sustituimos por la responsabilidad y el compromiso de trabajar y así agradamos a nuestro padre celestial atrayendo a nosotros las bendiciones que el tiene para los que le aman., esta reflexión la dejo para que mediten y escojan mis amados y que Dios los bendiga.