Que Creemos
Declaracion de Creencias
Lo Que Creemos

Creemos que las Escrituras son el "corazón" de Dios revelado a la humanidad. La razón por la cual Dios quiere que sepamos la verdad es para que podamos vivirla y compartirla con los demás. Dios quiere que seamos "imitadores" de Él, y su principal característica es el amor. La verdad sin amor es vanidad; el amor sin verdad es sentimentalismo.
Creemos que los siguientes tópicos son cruciales en las enseñanzas de la Escritura porque el malentendido le resta valor a la calidad de la vida de uno, que es nuestra capacidad para reverenciar y obedecer al único y verdadero Dios y a Su Hijo Jesucristo. Aunque hay muchas otras enseñanzas que creemos que son importantes, no las enunciaremos aquí para que podamos tener la mayor oportunidad posible de "mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" con nuestros demás hermanos Cristianos (Efesios 4: 3).
La Sagrada Escritura
Creemos que las Escrituras son el corazón de Dios para la humanidad. Ellas son "inspiradas por Dios", perfectas en su escritura original, sin defecto o contradicción, y proporcionan la única base segura y firme para la fe. La razón por la cual Dios quiere que sepamos la verdad es para que podamos conocerle y mostrársela a los demás. La comprensión de la Escritura es esencial para una relación verdadera y vital con Dios, y es alcanzable mediante la aplicación de la lógica y sólidos principios de interpretación bíblica, junto con el espíritu de Dios en nosotros.
Dios
Creemos que Dios, el Creador, es "el único Dios verdadero" (Juan 17: 3). Él es el Dios del Antiguo Testamento, que se ha revelado y dado a conocer como YHWH a los patriarcas Abraham, Isaac, Jacob y otros. Él es el Dios del Nuevo Testamento, el Padre de Jesucristo y el Padre celestial de todos los Cristianos. Él es, Santo y separado de toda Su creación. Él se ha revelado a la humanidad a través de Su Palabra, la Santa Escritura y Él quiere que nosotros seamos "imitadores" de El mismo. El recompensa a los que le buscan (Hebreos 11: 6). Él es el Todopoderoso, que siempre ha sido y que siempre será, y Sus características principales son el amor y la verdad.
Jesús
Creemos que Jesucristo, el "último Adán", es el unigénito Hijo de Dios. Él nació de la virgen María. Vivió una vida sin pecado, sufrió y murió como pago por los pecados de toda la humanidad, fue resucitado de entre los muertos, y ahora está exaltado a la posición de "Señor" por Dios su Padre. Esto le permite funcionar de muchas maneras como Dios lo hace porque Dios le ha dado a Jesús toda autoridad en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18). Él es digno de que se doble toda rodilla y toda lengua confiese que Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:10 y 11). Él es el Mesías, el prometido de Dios, y él es el único camino para la humanidad para restaurar su relación con el Creador.
El Espíritu Santo
En el texto original de ambos, el Antiguo y el Nuevo Testamento estaba todo en mayúsculas, así que es por el contexto que debemos determinar si el texto está hablando del "Espíritu Santo" o de el "espíritu santo." Creemos que el " Espíritu Santo" es otro nombre para Dios. Dios es llamado "Santo" y "Espíritu", por lo que es de esperar que, junto con muchos otros nombres de Dios como YHWH, El Shaddai, el Anciano de días, y el Bendito, El fuera llamado el " Espíritu Santo".
El don del espíritu santo
Creemos que el don del espíritu santo nace dentro de cada persona en el momento en que hace a Cristo su Señor (Romanos 10: 9), y ese don del espíritu santo que es el "espíritu" de Efesios 4: 4. Jesucristo derramo por primera vez el espíritu santo en el día de Pentecostés, facultando a los Cristianos a hacer el mismo trabajo que él hizo. Es este el "espíritu santo de la promesa", que está sellado dentro de cada Cristiano que lo convierte en un "Cristiano", le garantiza la vida eterna, y le permite ejercer las nueve "manifestaciones" del espíritu, que están disponibles, son deseables y provechosas para que cada creyente las pueda operar por la fe, en conjunción con el poder energizado por Dios.
Salvación
Creemos que hoy, en la "administración de la gracia de Dios" (Efesios 3: 2), la salvación es permanente (Hebreos 7:25) para aquellos que alguna vez han confesado a Jesucristo como su Señor y creen que Dios lo resucitó de entre los muertos. Creemos que cuando uno se adhiere a Romanos 10: 9, es "salvado", "nacido de nuevo", "sellado", "ungido", "investidos de poder desde lo alto" de Lucas 24: 49, es el bautismo de "bautizados con el Espíritu Santo" en Hechos 1:5. Este bautismo en el espíritu santo es el mismo bautismo de "un bautismo" en Efesios 4: 5.
La muerte y la resurrección
Creemos que cuando una persona muere, su vida se ha ido y que ya no existe en ningún lugar, en ninguna forma. Se queda muerta ("dormida") hasta que es "despertado" de entre los muertos por el Señor Jesús para el juicio, ya bien sea para la vida eterna o para muerte eterna. La única esperanza para los muertos es la resurrección por el Señor Jesucristo, el primogénito de entre los muertos.
El Cuerpo de Cristo
Creemos que cuando una persona nace de nuevo se convierte en parte de lo que la Biblia llama "el Cuerpo de Cristo." Del mismo modo que un cuerpo tiene una cabeza y diferentes partes, el Cuerpo de Cristo también lo tiene. Jesús es la cabeza, y los Cristianos individuales son las diferentes partes, cada parte cumple una función única e importante. El Cuerpo de Cristo comenzó en el día de Pentecostés (Hechos 2:1), cuando el don del espíritu santo fue derramado y por primera vez la gente podría tener "Cristo" en ellos (Colosenses 1:27). Efesios 3: 6, nos dice que parte del "misterio" ("Secreto Sagrado"), es que tanto los Judíos como los Gentiles vendrían a ser coherederos, coparticipes y miembros del mismo cuerpo, ("un nuevo hombre"). Por lo tanto, puesto que la Iglesia se compone de ambos, Judíos y Gentiles que se salvan, creemos que hay una distinción bíblica entre la Iglesia del Cuerpo de Cristo e Israel. El Cuerpo de Cristo comenzó en el día de Pentecostés, y terminará con el Rapto, momento en el cual Dios comenzará nuevamente a salvar Judíos y Gentiles como grupos separados, tal como lo hizo antes de que el Cuerpo de Cristo comenzara.
La Autoridad de la Iglesia
Creemos que el Señor Jesús es la Cabeza o Coordinador sobre todas los asuntos en la Iglesia, la cual es su Cuerpo. Los Ministros o Pastores o Siervos de la Iglesia son todos los hijos de Dios y derivan su autoridad para servir así como caminan dignos de su llamamiento a fin de que su carácter y su ejemplo ganen reconocimiento y respeto por parte de aquellos a quienes sirven. No hay niveles jerárquicos, todos somos Real Sacerdocio, nación Santa (1 Pedro 2:9). No hay una casta sacerdotal, no hay niveles ni posiciones. Nuestra misión es reconciliar a la gente con Dios para que reciban la guía de la dirección de Jesucristo quien es la Cabeza o el director o el Gerente del Cuerpo de Cristo. La Iglesia no es un Templo o un sitio físico, somos todos los llamados de Dios. Somos la Familia de Dios.
El Diablo
Creemos que el Diablo una vez fue un ángel con una alta posición de liderazgo entre los seres creados por Dios, tal vez incluso el segundo al mando de Dios, pero se rebeló contra Dios y se ha convertido en el archi-enemigo de Dios. La Biblia en el Antiguo Testamento hace una referencia de el en el Libro de Isaias 14:12, como el "lucero hijo de la mañana" que significa "estrella de la mañana" o Lucifer, pero la Biblia no dice cual era su nombre original que tenía como un ángel, sino que utiliza los nombres que describen su carácter maligno, como Diablo "Calumniador", Satanás (Adversario), Serpiente, Dragón, Maligno, etc. Dios es amor; Él es bueno y justo, y no es el autor del mal, del pecado o del sufrimiento. Cuando Adán tomó la decisión por libre albedrío para desobedecer a Dios, él transfirió su dominio dado por Dios sobre la tierra al Diablo, que ahora es el "dios de este siglo [mundo]" (2 Corintios 4: 4). El mundo está ahora bajo la influencia dominante del Diablo (1 Juan 5:19), y es él quien ahora tiene el poder de la muerte (Hebreos 2:14). En el futuro, el "último Adán", Jesucristo, va a destruir al Diablo y poner fin al mal.